Al estar compuesto en su mayor parte de madera, es muy importante encontrar un lugar de la casa adecuado. Los cambios de temperatura y de humedad bruscos no le harán ningún favor. Debería mantenerse a una temperatura en torno a los 20 grados y una humedad alrededor del 50%.
La luz directa del sol podría arruinar el acabado e, incluso, deformar la madera. Tampoco es buena idea mantener cerca del piano ninguna fuente de calor por los mismos motivos. Cuidado con vasos de agua o cualquier líquido que se acerque al instrumento. Un pequeño accidente y podría provocarse un severo daño (oxidación de las piezas de metal, dilatación o putrefacción de los fieltros y la madera, etc).
El ácido sudor humano y el polvo provocarán daños en el barniz si dejamos que se acumulen. ¡Ojo! No usar productos químicos abrasivos ni demasiada agua. El remedio sería peor que la enfermedad. Una gasa y un paño un poco húmedo serán tus mejores opciones. Teniendo un piano de cola puede venir muy bien un plumero suave para el interior. También es importante tocarlo con cierta frecuencia. La maquinaria esta diseñada para usarse y si se dejara abandonada comenzaría a deteriorarse.
Es sumamente importante mantener una buena afinación en un piano. En caso contrario, debido al desajuste de las tensiones de las centenas de cuerdas se podría deformar severamente el arpa y el clavijero. Si el piano tiene un uso intensivo, se debería afinar unas 3 o incluso 4 veces al año. Si su uso es más ocasional, con 1 ó 2 bastaría. En ningún caso debería pasar más de un año entre afinación y afinación.
Al mismo tiempo, es necesario calibrarlo y reparar los desperfectos según vayan apareciendo para evitar mayores averías provocadas por las primeras. Es muy recomendable, en pianos que se usen a menudo, una regulación pormenorizada de toda la máquina cada 3 años aproximadamente. Esto asegura un perfecto funcionamiento del piano en su conjunto.